sábado, diciembre 06, 2008

La Pérdida

Mientras limpiaba la sangre de sus labios partidos, trastabilló cuatro palabras que enseguida se hicieron viento.
Ella la miro como perdida, tanto tiempo juntas le pareció una eternidad.
Por su cuerpo desnudo, las cuatro palabras, resbalaron sin poder asirse, débiles ante la contundencia de los hechos.
Sabía que era cierto, y las sabanas confirmaban su teoría. El sol apareció como un latigazo que rasgó sus ojos obligando a cerrarlos. Cuando los abrió, mojaba su piel un llanto silencioso y su boca sellada, paladeaba aun las mieles de la cama.
Nada pudo decir o hacer, salvo el reflejo gestual de una sonrisa, mientras la silueta se perdía, hundiéndose en la pared, como una vieja película muda.
La sonrisa pareciera la mejor respuesta cuando la inocencia dice” me voy para siempre”.

domingo, noviembre 16, 2008

Calma

Todo estará calmo hoy, estoy seguro. No habrá sobresasaltos de ninguna especie. Este día no esta destinado a permanecer en la historia por ningún motivo.
Y cuando la daga de tu silencio se rompa en mis oídos, voy a socavar mi alma con el beso amargo que me ofrecerá la luz del sol a la distancia.
Para que no queden rastros de tu ausencia, emprenderé mi fuga hacia la nada. No miraré al costado del camino, para evitar condescendientes lástimas; y cambiaré de rumbo si es preciso, para lavar la sangre de mis ojos.
Nada detendrá el paso vacío del reloj, ni siquiera tu magnifica nariz de Cleopatra.

miércoles, noviembre 12, 2008

Estados

Alguna vez fue agua cristalina, regalando su pureza de piedra en piedra o flotando sobre verdes campos que esperaban su beso. Su perdición fue enamorarse de dos hermosas manos.
Se abandonó en la textura de sus dedos, y la rigidez de las cortas y perfectas uñas.
Le entrego su consistencia incondicionalmente cuando se dejo mezclar con la arcilla.
Fue entonces que pasó a ser una amalgama totalmente diferente.
No estuvieron mal los primeros tiempos cuando esas palmas acariciaban sin cesar su cuerpo, apretando acá y rozando allá. Sin darse cuenta, esa masa amorfa, se convirtió poco a poco en un objeto tan perfecto, que un día se descubrió en un estado tan hermoso, que su superficie amó más aun la carne que la había transformado.
Un día, otras manos la llevaron a un salón mas grande y mas vacío, en donde los ojos de otros la miraban con admiración, y los ojos que amaba la miraban con orgullo.
Pero sus manos ya no la tocaban y su nuevo cuerpo comenzó a enfriarse.
Hoy se la puede ver, estatua perfecta, genial, inspiradora.
Y si el transeúnte se detiene a mirar detenidamente los ojos de esa majestuosa escultura, podrá percibir un dejo de añoranza, quizás extrañando el tacto de las manos del artista, o recordando los momentos en que saltaba, pura y cristalina, sin la rigidez que hoy la retiene.

sábado, septiembre 13, 2008

La última sonrisa

Estabas sentada al fondo del largo salón. La luz casi no daba en tus ojos tapados de negro y purpurina.
La sonrisa primera fue para la noche, y surtió su perseguido efecto, me sentí celoso.
Después, el humo borroneo eficazmente el camino de las horas, desparramando olvidos y parchando rutinas con tragos multicolores.
Casi puede decirse que no había nadie cuando te vendí una parte de mi boca, que tus piernas compraron sin mirar la letra chica.
La segunda sonrisa fue para la luna, que dejó al descubierto tu espalda y mis latidos.
Todo tu corpóreo discurso fue saludado por una ovación de los sentidos.
Cuando finalmente la cordura paso revista en la mañana, yo sostenía una mentira que te deje como ofrenda en la mesa de luz.
Sonreíste, mientras contabas panaceas, con presicion de matemático.Mas tarde en medio de la brisa, mientras refugiaba mis manos en los bolsillos, antes cargados de esperanza y ahora vacíos de ansiedades, sostuve una certeza que por engañosa resultó sublime. La última sonrisa había sido para mí.

domingo, agosto 31, 2008

El consuelo del infortunio

Dispersos por las calles caminan como si fueran almas normales, ríen trivialidades con maestría, se comunican fácilmente con el resto de los mortales.
Si no se los mira fijamente a los ojos, no se notan los remiendos del espíritu.
A veces, en medio alguna intrascendente charla, se queda alguno en silencio, como reflexionando. Pero solo es un ataque de nostalgia, fácilmente detectable por la humedad insoslayable de sus pupilas.
Selección de quebrados, amasijo de golpeados, ejercito de dolientes que resisten porque no les queda otra.
La muerte seria otro paso en falso, por lo que deciden pasar inadvertidos, paso a paso desandar este eterno invierno del alma.
Que paradoja el hecho de que uno los detecte a simple vista; será que alguna vez ese invierno nos hundió hasta las orejas en la nieve del desamor.
O quizás la primavera no se siente tan reconfortante como prometía.

viernes, junio 27, 2008

ilegales

Un país de ensueño existe no muy lejos, de colinas color amarillo limón, y anaranjado naranja.
En este país-paraíso, corren ríos torrentosos, blancos, rebosantes de millones de litros de leche. Nacen de manantiales de ubres, al pie de montañas de tiernas carnes.
A los costados del nutrido cauce, podría uno detenerse en un valle interminable de cereales luminosos, y frutas deliciosas, manjares dignos del rey mas exigente,
Las manzanas caen allí por ser tan grandes, que el brote no soporta semejante peso,
Y los granos de maíz son tan grandes, que las gallinas se indigestan.
A no muchos kilómetros del edén, un pibe se levanta en una villa periférica, apurado por sacar su carrito antes de que pase el basurero y le lleve el cartón que luego venderá para el reciclaje. Todavía es de noche en la ciudad y esta muy frío. La pechera con tres letras de alguna agrupación que le pago para ser número en un acto, no alcanza a cubrir sus flacos brazos.
De a poco el carro se va llenando y todo ese cartón se convierte en tortura.
El solo espera llegar a la planta para recibir su paga, y enfilar para el comedor comunitario.
Desde ayer ese comedor no tiene pan, y no se explica porqué.
Después de todo tiene pocos años, y todo es una aventura, incluso sortear por la tarde los peligros del basurero, y de tanto en tanto encontrar algún tesoro invaluable, en forma de lata o madera.
No sabe que existen camiones cuatro o cinco veces mas grandes que su casa, no tiene idea de que hay montones de alimentos a la vera de la ruta.
Menos que menos, tiene conciencia de que un cereal que jamás comió, abunda en los campos, y se usa para gasolina.
Pero al fin, si tuviera noción de todo eso, solo sería un ilegal, un indocumentado en aquel país de ensueños.

domingo, junio 22, 2008

Premura

Se sienta en silencio, y en penumbras, recoge su soledad, para vestirse en silencio.
Del otro lado, descansa la mujer envuelta en el abrigo del engaño.
Quiere ser rápido, y marcharse. Es difícil mostrarse invulnerable frente a la contundente realidad de la desnudez
La mira por ultima vez como si fuera un trámite, y se escapa por la puerta que jamás le cerró el paso.
Ya en el frío de la calle, resucita su piel de hielo, prende un rubio, y se aleja sin mayor preocupación que la de un taxi para no caminar tanto.
La noche no durará tanto como para esconder el vacío de sus ojos.

martes, junio 03, 2008

Todos somos pecadores, redimidos o reincidentes. Al fin y al cabo transitamos el camino aprendiendo (en la medida de lo posible) de los errores. En estos últimos se cimientan nuestros futuros aciertos.
Ya el sol, con la precisión de un Patek, asoma sus brazos, para mostrar tus piernas.
Como una especie de burdo y elemental Sísifo, voy a cerrar las cortinas para seguir equivocándome con tu desnuda espalda.

jueves, marzo 27, 2008

existencias

A veces la sangre no da muestras de existencia, y como una cruda viceversa se muestra la ausencia, para demostrar que en un sentido metafísico, pero tangible al fin, te da ser, lejano y severo.
Hace poco, mientras permitía que la luz castigara mi espalda, recordé aquel día en que tu carne fue banquete, toda aroma, fuego, sal y agua.
La arena era ese día refugio despiadado de mis manos y porque no era correcto, te mordí los labios.
Pero el médano es alquimia, y el tiempo pinta en la costa, nuevas formas tan lejanas a.las que fueron nuestras, que parecen irreales.
Hoy recordé cuando tus ojos fueron un estanque, y de inmediato supe que no estabas.
Y por eso, me di cuenta de que estabas.

viernes, marzo 14, 2008

El último escudo del asesino

Se lo nota incomodo frente al magistrado, nunca estuvo ahí, expuesto y vulnerable.
Acostumbrado a la penumbra le pide vanamente sombras a la luz, mientras escucha cómo un joven de voz fina, inútil advenedizo de la lacra que alguna vez persiguió, lee unas acusaciones que no logra entender.
Está turbado, no recuerda ese asesinato, fueron tantos…
Casi mecánicamente, desfilan por su mente recuerdos insurgentes, de rostros sucios, suplicantes, miedosos, cansados.
Cada una de esas caras fue a parar hace ya muchos años a alguna olvidada fosa, o al fondo de algún río, o al fondo del mar.
Se siente en inferioridad de condiciones, después de tantos años, su memoria ya no es la misma, y la monótona voz del abogado, es como un molesto insecto que insiste en perturbar su ya confundido reducto de silencios.
Atrás están ellos, lo sabe, no los ha visto, pero sabe que están, son parientes.
Madres, padres, esposos hijos, etc. Todos enfurecidos, provistos de un rencor tan antiguo como persistente.
De pronto se da cuenta de su situación de viejo y con ella llega una desconocida sensación, el miedo.
Es posible que al fin después de tantos años, estos patéticos cobardes logren conseguir alguna pena para el y lo manden a la cárcel, para que pase allí sus últimos años.
El abogadito sigue hablando finamente y sus constantes palabras, le empiezan a sonar cada vez más tangibles.
Sus arrugas, acuchillan su rostro y cada uno de esos tajos se bifurca en otros como un río de sangre que da paso a otros, o como muchas manos con sus dedos clavados desesperadamente en su reseca piel.
Es en ese momento cuando se despierta otra certeza, esas arrugas, su cercanía con la muerte, sus años de impunidad no son enemigos, sino aliados de sus crímenes.
La justicia en su lento accionar, ha tardado tanto ya que los pocos años que le quedan no alcanzaran para pagar su infamia.
Es tan claro, tan preciso todo ahora, se siente indestructible. Inmune a los que lo desprecian.
Envuelto en ese nuevo estado de impunidad, se da vuelta para verlos, y cuando encuentra sus ojos, se ríe a carcajadas.
Nada suena en el recinto, su boca no ejecuta gesto burlón alguno, pero sus ojos…
Sus ojos gritan anunciando su nueva victoria.
El paso de los años, que tanto despierta mi curiosidad y simpatía, hoy, mirando a este asesino, se me antoja repulsivo, hereje, insoslayablemente maligno.

martes, febrero 26, 2008

Filosofia de la Manzana

En el último piso del hospital, José festeja a solas su nuevo nombramiento de director general con un exquisito vino que supo camuflar sabiamente en su maletín.
No es para menos, tardo cerca de treinta años en llegar a esa oficina ubicada en la cima física y simbólica de este edificio.
Recuerda con nostalgia sus primeros pasos como estudiante y practicante, cuando lavaba miserias a la par de las enfermeras. Se suceden diversas imágenes, ya con su titulo de doctor, trabajo, acumulación de experiencia, competencia sana y de la otra, enfermos sanados, enfermos.
Luego le viene a la mente su especialización en cardiología, su casamiento con su actual esposa ex radióloga, su primer hijo y actual pediatra de la institución, su primer amante, instrumentista trasladada a un olvidado pueblito a consecuencia de una desafortunada confusión de roles, en la famosa relación “profesional-asistente”.
El segundo vaso de vino ya no tiene el gusto del éxito tan notable, por lo que se dispone a inventar en su nueva función, una vieja excusa de reunión para llegar tarde a la soledad acompañada de su alcoba matrimonial.
Mientras José levanta su teléfono allá en la cima, algo diferente sucede en el subsuelo donde se encuentra el director saliente, reposando en un nicho varios grados bajo cero.
Este frío cuerpo, trató durante varios años de hacer funcionar este hospital, que ahora lo resguarda de la vida agitada, abrazando sus restos con mortecina tranquilidad. Ya el estrés del mando no perturbará el descanso que tanto buscó sin esperar que fuera de ese modo, quedándose un tiempo mas, irónicamente en el hospital.
A pocos metros del congelado ex director, se encuentra Pablo, un estudiante de medicina que reparte sus sueños entre casarse prontamente con su novia, y ser medico algún no muy lejano día.
Quien sabe, arriesga, quizás hasta llegue al ultimo piso y pueda ver el mundo debajo de sus pies, con una copa de vino en sus manos.
Pero para eso falta mucho.
Se pueden tardar años en subir veinte metros, no tanto en bajarlos.
Cuando Newton descubrió su famosa ley, le quito a la manzana el encanto que con tanto sacrificio, Eva le había otorgado.

miércoles, enero 02, 2008

Nada cambia cuando todo cambia

Se despojó de héroes que laceraban su esperanza, persistió en la búsqueda de la felicidad, como quien busca tres granos de azúcar en un lodazal.
Analizó fríamente las plumas que lo influenciaban, y descartó casi todas, incluso aquellas que no causaban efecto alguno sobre su existencia.
Probó nuevos sabores, desdeñando los viejos, en busca de un aroma que lo convenciera de quedarse.
Se espantó con ganas los reproches, para ser libre, lo mas libre posible.
Cayó como todos en el pragmatismo del despojo, y grito a los cuatro vientos sus secretos mas guardados.
Untó de verdad las paredes del deseo, y cortó de plano el peso de su historia.
Sangró hasta desfallecer, se curó, coaguló y volvió a sangrar, los mares de estructuras.
Rasgó el suelo con sus manos, enterró por fin su antiguo ser, y se alejó, todo distinto.
Nadie clama por su inocencia muerta, nadie festeja su sabiduría nueva.