A veces la sangre no da muestras de existencia, y como una cruda viceversa se muestra la ausencia, para demostrar que en un sentido metafísico, pero tangible al fin, te da ser, lejano y severo.
Hace poco, mientras permitía que la luz castigara mi espalda, recordé aquel día en que tu carne fue banquete, toda aroma, fuego, sal y agua.
La arena era ese día refugio despiadado de mis manos y porque no era correcto, te mordí los labios.
Pero el médano es alquimia, y el tiempo pinta en la costa, nuevas formas tan lejanas a.las que fueron nuestras, que parecen irreales.
Hoy recordé cuando tus ojos fueron un estanque, y de inmediato supe que no estabas.
Y por eso, me di cuenta de que estabas.
2 comentarios:
Martllo!!!!!!!!!! Muy buenas tus líneas. Hay talento en tu alma. Sos genial amigo desconocido de tanto tiempo. Te dejo un fuerte abrazo. Myriam
Siempre que un änade visita un lugar,deja un cierto halo de brillos variopintos.
Siempre es un placer que da paso a la alegria.
Un abrazo fuerte
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